Espacio público y genero en Asunción

Espacio público y genero en Asunción

Condicionamiento de la equidad en el uso del espacio urbano.

Por Melina Pekholtz 

Si observáramos el uso del espacio urbano podríamos llegar a tener unas pistas de cómo ello refleja la visión que tenemos de la sociedad en la que vivimos.

El espacio público asunceno se encuentra masculinizado, marginando a las mujeres a usarlos como espacio de tránsito más que de permanencia o de actividad.

La conformación del espacio y su planificación es la directa relación que tenemos con los valores según los cuales vivimos y en Asunción esa traducción es muy veraz.

Los espacios de uso de las plazas están colonizados por canchas que muchas veces ocupan el mayor porcentaje de la superficie de las mismas.

La falta de una correcta iluminación, de sanitarios públicos en condiciones, la precaria accesibilidad, la carencia de amplitud necesaria para las visuales hacen que estos espacios no sólo sean poco amigables con las mujeres sino que muchas veces sean hasta evitados.

Siempre se acentuó el espacio público como el lugar en el cuál la mujer expone su vulnerabilidad ante los posibles ataques corporales o el acoso verbal, intimidadas con las miradas de los hombres e incluso posibles comentarios de los allí presentes.

La lucha feminista en algún sentido estuvo dirigiendo sus esfuerzos en el sentido contrario al enfatizar el acoso y la necesidad de seguridad ya que todo esto acrecienta la idea de protección necesaria y torna aún más reticente el uso del espacio público.

Confinando nuevamente a las mujeres al uso del espacio privado, mayormente doméstico que es justamente donde la mayor violencia es ejercida hacia ellas, exagerando estas situaciones para continuar su marginación del espacio público así como de toda la esfera del ámbito público-social.

Se refuerza de esta manera la perspectiva paternalista de la inseguridad en las calles y debemos dejar de asumir como neutral ciertos espacios y situaciones que no colaboran con la presencia femenina en las distintas esferas y comenzar a dimensionar cuán perjudicial ha sido para la sociedad la invisibilización de las mujeres en el ámbito público. Esto no sólo es responsabilidad de individuos particulares sino del Estado.

Es sumamente necesario repensar la planificación del espacio urbano desde otras perspectivas que puedan ser más propositivas en cuanto a la inclusión, generando interacción entre grupos diversos promoviendo así la heterogeneidad étnica y social.

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